Dos años después de la última cinta que cuenta las aventuras de los niños Pevensie, regresa el mágico mundo de Narnia con su tercera entrega: “Las Crónicas de Narnia: La Travesía del Viajero del Alba” (“The Chronicles of Narnia: The Voyage of the Dawn Treader”).
Disney perdió su interés en llevar las historias de C.S. Lewis a la pantalla grande tras haber realizado dos entregas: “Las Crónicas de Narnia: El León, la Bruja y el Ropero” (2005) y “El Príncipe Caspian” (2008).
Fue así como los estudios Fox entraron al quite y se encargaron de esta tercera parte de la saga, que por cierto, es la última en la que participa Skandar Keynes (Edmund Pevensie), pues pretende concentrarse en el estudio.
A diferencia de las otras cintas, que fueron dirigidas por Andrew Adamson (“Shrek” y “Shrek 2”), Michael Apted (“El mundo no basta”) fue el encargado de conducir este barco.
La historia se centra en Edmund y Lucy (Georgie Henley), los más jóvenes de la familia, que deben vivir con sus tíos y primo Eustace (Will Poulter) mientras termina la guerra, en tanto su hermana Susan (Anna Popplewell) se encuentra en América.
Un cuadro los transporta a Nania justo cuando los Pevensie luchan con su insoportable y racional primo, un quejumbroso joven que los acusa y molesta bajo cualquier pretexto.
Una vez en Narnia, se unen al barco en el que navega el Príncipe Caspian (Ben Barnes) y su tripulación, en donde pronto descubren su misión para resguardar el reinado: encontrar a los siete Lords que fueron fieles sirvientes del rey y que misteriosamente han desaparecido.
Pero, mientras dan con su paradero, arriban a una isla en donde incomprensibles males ocurren. Por una parte la población es vendida y sometida a la esclavitud; por otra, algunos más son ofrecidos en sacrificio a una bruma. Después de ello nunca se les vuelve a ver.
Los reyes Pevensie y el príncipe Caspian deberán hallar a los Lords y rescatar a los habitantes desaparecidos. En el proceso enfrentarán diversos obstáculos, siendo el más importante de ellos vencer la tentación de sus más oscuros deseos y envidias. ¿Contarán con la guía y el apoyo del león Aslan para cumplir su cometido?
Como ya sabemos, Lewis es un escritor católico y en sus crónicas hace diversas alusiones al cristianismo, en donde cada uno de los protagonistas representa a una virtud y Aslan al mismo Jesucristo.
Por ello, “La Travesía del Viajero del Alba”, al igual que sus antecesoras, son filmes familiares llenos de valores y valiosas lecciones tanto para chicos como para grandes y en los que se destacan virtudes como la valentía y la justicia, entre otras.
En este último filme, Los Pevensie, Caspian y compañía deberán vencer a ese mal que se esparce y difumina entre los seres humanos, tentándolos en sus mayores debilidades, “en el pie del que cada quien cojea”.
También se resalta el trabajo en equipo, la superación de las rivalidades y envidias, de los miedos y la cobardía, para estar dispuesto a dar la vida por el otro, pues como se lee en el libro de Juan (15,13) “Nadie tiene mayor amor que el que da su vida por sus amigos”.
En términos cinematográficos, es un filme entretenido, con buen ritmo y en el que la misión no se vuelve tediosa, como en otras cintas fantásticas. Por otro lado, los conflictos internos de los personajes son más profundos y retoman los planteamientos sembrados en las cintas previas.
Las actuaciones, por su parte, son mucho más sólidas, tal vez a causa de la madurez que han adquirido sus protagonistas o por una mejor dirección; pero quien sin duda se roba la cinta es Will Poulter, quien pasa por diferentes estados de ánimo a lo largo de la trama. No por nada se le considera una joven promesa en la Gran Bretaña.
Aún estás a tiempo de unirte a Los Pevensie, Caspian y Aslan en esta nueva crónica. Nania te espera.
Disney perdió su interés en llevar las historias de C.S. Lewis a la pantalla grande tras haber realizado dos entregas: “Las Crónicas de Narnia: El León, la Bruja y el Ropero” (2005) y “El Príncipe Caspian” (2008).
Fue así como los estudios Fox entraron al quite y se encargaron de esta tercera parte de la saga, que por cierto, es la última en la que participa Skandar Keynes (Edmund Pevensie), pues pretende concentrarse en el estudio.
A diferencia de las otras cintas, que fueron dirigidas por Andrew Adamson (“Shrek” y “Shrek 2”), Michael Apted (“El mundo no basta”) fue el encargado de conducir este barco.
La historia se centra en Edmund y Lucy (Georgie Henley), los más jóvenes de la familia, que deben vivir con sus tíos y primo Eustace (Will Poulter) mientras termina la guerra, en tanto su hermana Susan (Anna Popplewell) se encuentra en América.
Un cuadro los transporta a Nania justo cuando los Pevensie luchan con su insoportable y racional primo, un quejumbroso joven que los acusa y molesta bajo cualquier pretexto.
Una vez en Narnia, se unen al barco en el que navega el Príncipe Caspian (Ben Barnes) y su tripulación, en donde pronto descubren su misión para resguardar el reinado: encontrar a los siete Lords que fueron fieles sirvientes del rey y que misteriosamente han desaparecido.
Pero, mientras dan con su paradero, arriban a una isla en donde incomprensibles males ocurren. Por una parte la población es vendida y sometida a la esclavitud; por otra, algunos más son ofrecidos en sacrificio a una bruma. Después de ello nunca se les vuelve a ver.
Los reyes Pevensie y el príncipe Caspian deberán hallar a los Lords y rescatar a los habitantes desaparecidos. En el proceso enfrentarán diversos obstáculos, siendo el más importante de ellos vencer la tentación de sus más oscuros deseos y envidias. ¿Contarán con la guía y el apoyo del león Aslan para cumplir su cometido?
Como ya sabemos, Lewis es un escritor católico y en sus crónicas hace diversas alusiones al cristianismo, en donde cada uno de los protagonistas representa a una virtud y Aslan al mismo Jesucristo.
Por ello, “La Travesía del Viajero del Alba”, al igual que sus antecesoras, son filmes familiares llenos de valores y valiosas lecciones tanto para chicos como para grandes y en los que se destacan virtudes como la valentía y la justicia, entre otras.
En este último filme, Los Pevensie, Caspian y compañía deberán vencer a ese mal que se esparce y difumina entre los seres humanos, tentándolos en sus mayores debilidades, “en el pie del que cada quien cojea”.
También se resalta el trabajo en equipo, la superación de las rivalidades y envidias, de los miedos y la cobardía, para estar dispuesto a dar la vida por el otro, pues como se lee en el libro de Juan (15,13) “Nadie tiene mayor amor que el que da su vida por sus amigos”.
En términos cinematográficos, es un filme entretenido, con buen ritmo y en el que la misión no se vuelve tediosa, como en otras cintas fantásticas. Por otro lado, los conflictos internos de los personajes son más profundos y retoman los planteamientos sembrados en las cintas previas.
Las actuaciones, por su parte, son mucho más sólidas, tal vez a causa de la madurez que han adquirido sus protagonistas o por una mejor dirección; pero quien sin duda se roba la cinta es Will Poulter, quien pasa por diferentes estados de ánimo a lo largo de la trama. No por nada se le considera una joven promesa en la Gran Bretaña.
Aún estás a tiempo de unirte a Los Pevensie, Caspian y Aslan en esta nueva crónica. Nania te espera.
Twitter: mabsalinas
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