“Salvando al soldado Pérez” es una de las más entretenidas y arriesgadas apuestas del cine nacional reciente y se la debemos a Beto Gómez, que al igual que hiciera Luis Estrada con “El Infierno”, retoma el tema del narcotráfico en México, pero lo enmarca en su propio contexto.
A diferencia de la crítica social que hace Estrada con su obra llena de humor negro, Gómez parte de una situación verídica para crear una cinta de ficción, hilada por medio de la sátira y la burla; el resultado es una de las películas mexicanas de acción con mejores efectos especiales hasta ahora desarrollados.
Sus personajes son una serie de arquetipos con elementos estereotipados, pero que no pierden fuerza, credibilidad ni profundidad, sino que por el contrario, tienen perfiles definidos que arrancan carcajadas gracias al contexto en el que se encuentran y las acciones que realizan.
Este filme narra la historia de Julián Pérez (Miguel Rodarte), un poderoso capo que está en guerra con su némesis, el narcotraficante Benito García (Adal Ramones). Sin embargo, el protagonista debe suspender momentáneamente sus negocios.
¿La causa? Su madre (Isela Vega), le pide que rescate a su hermano, quien tras unirse al ejército estadounidense es enviado a Irak, país en el que desaparece. Por tanto, Julián no tendrá más remedio que ensamblar un grupo de rescate compuesto por feroces criminales bautizados como el "Comando Tomate".
Éstos son ni más ni menos que el indio Carmelo (Gerardo Terracena), y los delincuentes Rosalío (Joaquín Cosío), Chema (Jesús Ochoa) y Pumita (Rodrigo Oviedo).
¿Encontrarán a Juan Pérez (Juan Carlos Flores)?
Esta producción de Lemon Films, de Bily Róvzar, es una parodia de las películas de acción estadounidense, que toma como base “Salvando al soldado Ryan” (“Saving private Ryan”), pero que puede extrapolarse a toda cinta bélica.
Cuenta con una actuación especial de Adal Ramones, quien bajo la batuta de Gómez, deja a un lado sus actuaciones estereotipadas, para mostrarnos otro lado de su vena cómica, y que debajo de los albures y monólogos, hay talento. Además, su caracterización de narco es excepcional.
Igualmente lo es el personaje de Eladio (Jaime Camil), una especie de “dandy metrosexual”, que siempre aparece a cuadro perfectamente acicalado y ataviado en “elegantes” trajes en tonalidades blanco, rosa y lila. Su papel es para morirse de risa.
“Salvando al soldado Pérez” tiene una excelente ambientación, pues la recreación de Medio Oriente y los peculiares personajes que ahí encuentra el grupo de rescate añaden más elementos humorísticos a la película.
Pero sin duda las actuaciones más destacadas corren a cargo de Rodarte, Terracena y Ochoa, quienes tienen un excelente “timing” para la comedia; aún así el buen nivel del resto del elenco —tanto personajes principales, como secundarios— no pasa desapercibido.
La cinta es una sátira que exuda creatividad y es construida por medio de flashbacks, no obstante, tiene diversas escenas fuertes, lenguaje vulgar, violencia y semidesnudos. No muchas sorpresas en cuanto al cine nacional se refiere.
A diferencia de la crítica social que hace Estrada con su obra llena de humor negro, Gómez parte de una situación verídica para crear una cinta de ficción, hilada por medio de la sátira y la burla; el resultado es una de las películas mexicanas de acción con mejores efectos especiales hasta ahora desarrollados.
Sus personajes son una serie de arquetipos con elementos estereotipados, pero que no pierden fuerza, credibilidad ni profundidad, sino que por el contrario, tienen perfiles definidos que arrancan carcajadas gracias al contexto en el que se encuentran y las acciones que realizan.
Este filme narra la historia de Julián Pérez (Miguel Rodarte), un poderoso capo que está en guerra con su némesis, el narcotraficante Benito García (Adal Ramones). Sin embargo, el protagonista debe suspender momentáneamente sus negocios.
¿La causa? Su madre (Isela Vega), le pide que rescate a su hermano, quien tras unirse al ejército estadounidense es enviado a Irak, país en el que desaparece. Por tanto, Julián no tendrá más remedio que ensamblar un grupo de rescate compuesto por feroces criminales bautizados como el "Comando Tomate".
Éstos son ni más ni menos que el indio Carmelo (Gerardo Terracena), y los delincuentes Rosalío (Joaquín Cosío), Chema (Jesús Ochoa) y Pumita (Rodrigo Oviedo).
¿Encontrarán a Juan Pérez (Juan Carlos Flores)?
Esta producción de Lemon Films, de Bily Róvzar, es una parodia de las películas de acción estadounidense, que toma como base “Salvando al soldado Ryan” (“Saving private Ryan”), pero que puede extrapolarse a toda cinta bélica.
Cuenta con una actuación especial de Adal Ramones, quien bajo la batuta de Gómez, deja a un lado sus actuaciones estereotipadas, para mostrarnos otro lado de su vena cómica, y que debajo de los albures y monólogos, hay talento. Además, su caracterización de narco es excepcional.
Igualmente lo es el personaje de Eladio (Jaime Camil), una especie de “dandy metrosexual”, que siempre aparece a cuadro perfectamente acicalado y ataviado en “elegantes” trajes en tonalidades blanco, rosa y lila. Su papel es para morirse de risa.
“Salvando al soldado Pérez” tiene una excelente ambientación, pues la recreación de Medio Oriente y los peculiares personajes que ahí encuentra el grupo de rescate añaden más elementos humorísticos a la película.
Pero sin duda las actuaciones más destacadas corren a cargo de Rodarte, Terracena y Ochoa, quienes tienen un excelente “timing” para la comedia; aún así el buen nivel del resto del elenco —tanto personajes principales, como secundarios— no pasa desapercibido.
La cinta es una sátira que exuda creatividad y es construida por medio de flashbacks, no obstante, tiene diversas escenas fuertes, lenguaje vulgar, violencia y semidesnudos. No muchas sorpresas en cuanto al cine nacional se refiere.
Ah, por cierto, la música es increíble.
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Twitter: @mabsalinas
1 comentario:
Una muy buena produccion, la cual muestra un exelente humor,satira y comica ala ves, exelentes personajes mexicanos, todo fuera como en las peliculas, jajajaja....la recomiendo.
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