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viernes, 7 de enero de 2011

Arjona, ¿cantautor que pierde la inspiración?


Ricardo Arjona lanzó en 2010 su último material discográfico, poseedor de un título sugerente, pero más que eso, metafórico. Teniendo como base las letras de las canciones, podríamos afirmar que “Poquita ropa” hace alusión a una desnudez del alma con la que el cantautor expone sus sentimientos y pensamientos al público.
 
Compuesto por 12 tracks, el material que fue lanzado en agosto del año pasado, es un disco intimista, en el que las canciones quedaron “con poquita ropa”, pues, como se afirma en la página oficial del intérprete “quedaron casi como nacieron”, ya que fueron sometidas a pocos arreglos.
 
De ahí que no sorprende que cuenten con una versión limpia, pulcra, en donde la voz del cantante guatemalteco está desposeída de prácticamente todo acompañamiento, con dos salvedades: la del piano, la guitarra y la ocasional percusión, y el corte “Puente” (Caribe), el cual goza de un ritmo caribeño, muy al estilo de La Habana, a la que hace referencia.
 
Éste, que fue el primer sencillo de la producción, también cuenta con una versión acústica.
 
Este es el 13 disco de estudio de la carrera del cantautor y fue grabado en estudios de Nueva York, Los Ángeles y México, con el menor número de instrumentos posible, lo que dejó que el estilo de Arjona se impusiera a lo largo de cada corte.
 
Y ése es justamente su acierto y su error, pues por un lado, fue una apuesta riesgosa que sorprende al público al salirse del molde que encasilló los últimos trabajos del compositor, pero a fin de cuentas, Arjona sigue siendo Arjona, y lamentablemente no es el mismo de “Historia de un Taxi” o “Realmente no estoy tan solo”.
 
El recorrido de la producción que realizaron en conjunto Arjona, y músicos como Matt Rollins, Lee Levin, Brian Lang y Dan Warner, entre otros, comienza con “Vida”, un corte que nos remonta a la infancia y vida personal del artista. Hecho que sin duda los seguidores agradecerán y con cuyas anécdotas podrían identificarse.
 
“Qué voy a hacer conmigo” es una radiografía acústica de aquello que queda después de una relación amorosa, una de las canciones más destacadas del álbum, en la que se percibe sensibilidad y dolor.
 
En tanto que “Todo estará bien” y “Por tanto amarte”, en las cuales se hace gala de la cuerdas, particularmente del violín, pero también de los instrumentos de viento, hablan del amor desde puntos de vista contradictorios: la presencia y la ausencia.
 
“Marta” es una historia de huellas y cicatrices en la que se narra la vida de una “stripper”, cuyo nombre inspira el título de la canción, y que cuenta con reminiscencias de blues y gospel.
 
Un desliz de country mezclado con trova se hace patente en “Aleluya”, cuya letra deja mucho que desear al pasar de la semi-poesía a un ataque frontal contra el Vaticano, la fidelidad y el verdadero amor, aunque intenta parecer una oda hacia la vida.
 
Mientras que el tema más recurrente de “Poquita Ropa” es la soledad, lo cual queda de manifiesto con “Soledad Enamorada”, corte en el que la melancolía del piano y una voz suplicante y compungida, así como alegorías y símiles dispares componen una canción con tendencias de blues y jazz. 
 
“Escribir una canción”, que también cuenta con el único apoyo del piano, “es un acto irreverente y solitario”, “es ir al cielo y abrir la puerta”, es un susurro en medio de la producción que bien podría pasar desapercibido.
 
El Arjona de “Señora de las cuatro décadas” se repite en “Usted”, pero en “Mi País” comparte el orgullo latino de sus raíces y logra rescatar, en parte, una producción de medio pelo. A pesar de ello, fue bien recibido por el público que lo mantuvo varias semanas entre lo más vendido del año pasado.
 
Twitter: mabsalinas

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